EL REGRESO

Hace dos años escribí la última entrega para justopastormellado.cl Es decir, en enero del 2013. Con un texto sobre la obra de Antonio Guzmán. Pero desde febrero del 2013 comencé a escribir un blog –justopastorvalparaiso-destinado exclusivamente a defender mi trabajo en la dirección del Parque Cultural de Valparaíso. De este modo, gran parte de mi trabajo de análisis de campo fue absorbido por esta tentativa. Ahora bien: en diciembre del 2014 deje la dirección del Parque Cultural. He regresado a Santiago y por lo tanto, he vuelto a revisar el estado actual de justopastormellado.cl

En marzo de este año, realicé la exposición de la Colección Pedro Montes. De inmediato escribí un ensayo, que titulé “Apuntes sobre la exposición de una selección de obras de la colección Pedro Montes en el Museo de Artes Visuales, 21 de marzo al 14 de junio de 2015, Santiago de Chile, Primera entrega”.

Una entrevista sobre esta exposición fue publicada en revista Artishock (on line).  Para precisar lo que no pude hacer en dicha entrevista y contextualizar la escritura de los “Apuntes…”, escribí un comentario a dicho trabajo bajo el título “La Edición de los Apuntes”. Sin embargo, todos estos textos exceden los cuatro mil caracteres con que me limito para escribir las entregas a esta web o al blog de Valparaiso. Dicho sea de paso, he rebajado considerablemente la atención de este blog, ya que he dejado de ocuparme de la cotidianidad de las polémicas que implicaban el ejercicio de dirección. Me he concentrado, principalmente, en el estudio de una escena artística sobre la que había dejado de portar interés. La dirección del Parque Cultural me condujo a considerar una hipótesis de trabajo que considero de gran proyección: existen prácticas rituales y sociales cuyo efecto estético es de mayor consistencia que muchas ( si no todas) las producciones que tienen lugar en el espacio de arte.

Me he ocupado más de estos efectos estéticos que de las obras de los artistas, que salvo algunas excepciones, me interesan cada día menos. De modo que solo trabajo sobre estas excepciones. Sin dejar de lado, la crítica historiográfica comprometida, por ejemplo, en los “Apuntes….”.

Si bien me retraje de la polémica en el soporte de justopastormellado.cl, avancé concentrado en mi “frente interno” a través de justopastorvalparaiso, en el mismo instante que publicaba con Curatoría Forense un libro que consignaba los textos fundamentales del montaje del encuadre de apertura del Parque Cultural de Valparaíso. Ese fue Escritura Funcionaria. Que en una especie de segunda parte, contenía una serie de textos sobre enseñanza artística y miseria curatorial. El libro fue impreso y editado en Córdoba y tuvo una amplia repercusión en el espacio argentino y chileno de la gestión de arte contemporáneo. La primera parte del libro estaba destinada a la gestión de los conceptos que sostuvieron mi política de dirección en el Parque Cultural de Valparaíso. Es decir, de cómo fue posible convertir unas hipótesis de estudio de un imaginario local en momentos complejos de programación.

Una vez de regreso a Santiago, con Curatoría Forense decidimos publicar un segundo libro: Escenas Locales. De modo que este parcial congelamiento del sitio web tuvo otras plataformas compensatorias que aseguraron la circulación autónoma de mi trabajo. Este libro habla de la gestión de arte contemporáneo en zonas de “contemporaneidad no contemporánea”.

He sostenido –en otro lugar- que en regiones no hay escenas consolidadas, sino tan solo indicios que permiten formular hipótesis sobre tasas mínimas de institucionalización, que sostienen plataformas de desarrollo con una cierta autonomía. He trabajado un conjunto de hipótesis que apuntan a montar iniciativas de transferencia informativa, destinada a reconocer momentos de densidad en el seno de una configuración local de la visualidad. Estos momentos habilitan formas minoritarias de modulación de intensidades perturbadoras en una comunidad determinada que busca edificar un relato reparatorio para la reproducción de su continuidad.

ESCENAS_LOCALES_justo_pastor_mellado

[más información y preventa del libro]

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DESARROLLO DE ESCENAS LOCALES.

La presentación del libro “América es la casa”, de los autores Luis Arias, Fidel Torres y Rodrigo Vera, el sábado 2 de abril en la biblioteca de la Escuela México, encuadrada por los murales de Siqueiros, fue la ocasión de un gran acto de la comunidad política y cultural de Chillán.

La sala estaba repleta de un público que bordeaba las trescientas personas, envuelta por el mural de Siqueiros, recientemente restaurado. En la escalera de acceso al segundo piso de la escuela, la parte pintada por Xavier Guerrero sufrió algunos daños en el terremoto del 27 de febrero. Sin embargo, el público no tuvo dificultad alguna para ubicarse, porque tenía la certeza de que ese día tendría lugar un encuentro significativo para la ciudad. De este modo, la excusa para el encuentro -lanzamiento de un libro- fue completamente sobrepasada. El objeto era otro.

Así las cosas, al acto asistieron el alcalde Chillán, el director de cultura de la Octava región, algunos parlamentarios de la zona, concejales y visitas de otras ciudades. Sin embargo, no había lugar para la parodia. En especial, Eduardo Meissner y Osvaldo Cáceres, figuras fundamentales en el desarrollo de la escena cultural local de la región, desde los años sesenta en adelante. Eduardo Meissner es premio Bicentenario en la Octava Región y Osvaldo Cáceres es el arquitecto que proyectó y construyó la Casa del Arte de Concepción, en 1962.

En la mesa que presidía el acto, estaban los autores del libro, quien escribe, y dos personalidades políticas: Mariano Fernández (excanciller y candidato a presidente del PDC) y Eduardo Contreras (abogado de DDHH, ex diputado por Chillán, miembro de la dirección del PC). Este último dato es muy importante, porque el libro que se presentaba, pone particular énfasis en la reconstrucción fotográfica del mural de Julio Escámez, realizado en la sala de sesiones de la municipalidad y que fue destruido por los militares en septiembre de 1973. Primero lo cubrieron con una capa de alquitrán, pero luego lo destruyeron a golpe de picota. En este libro, entonces, se documenta el destruido mural y se reproduce una fotografía de la inauguración, en la que aparece junto al presidente Allende, el propio Eduardo Contreras.

Mariano Fernández se refirió en su discurso a una conversación que había sostenido con el ministro Joaquín Lavín, para convertir la Escuela México en un Centro Cultural de la ciudad de Chillán. El ministro Lavín le habría manifestado que estaba al tanto de una recomendación que ya le habría dejado en tal sentido la ministra Mónica Jiménez. La recomendación tiene que ver con el hecho de que para que se comience pensar en un centro cultural en este sitio, lo primero que hay que hacer es desafectar la actual escuela y trasladarla a un lugar que tenga condiciones similares a las actuales. Así mismo, Eduardo Contreras, en su discurso, apoyó la misma hipótesis.

Lo que importa rescatar de este acto es la certeza que tienen los artistas e intelectuales de Chillán de contar con un mito pictórico internacional que pone a la ciudad en el mundo del arte. No se puede hablar de Siqueiros en el mundo sin tener que pronunciar la palabra Chillán y conocer las condiciones de factura del mural. De modo que Escuela México es una plataforma de inscripción de Chillán en el mundo. Todos los participantes en el acto coincidían que se había señalado un objetivo político general, que contaba con apoyo transversal. De modo que el CNCA no podrá no considerar esta situación, que se está planteando con mucha fuerza en la ciudad.

La hipótesis de trabajo sobre la conversión de la Escuela México es una, que no puede dejar de ser pensada en relación a otra situación fallida que existe en la ciudad de Chillán; a saber, el estado de inconclusión de las obras del teatro municipal. Sin embargo, solo hubo mención pública para abordar la situación de la Escuela México. En parte, porque el mural de Siqueiros inscribe a Chillán en el mundo del arte y de la cultura. No es común disponer de un mito local de esta envergadura, vinculado a la memoria telúrica del país.

En el acto intervino Juan Eduardo King, director de cultura de la Octava región, quien se refirió al apoyo otorgado por el CNCA a los autores del libro, a quienes reconoció como un equipo de trabajo de gran relevancia para la ciudad. En verdad, resulta saludable que exista en Chillán una masa crítica que se ha propuesto reconstruir el imaginario plástico local, y al mismo tiempo, sostenga el proyecto del Museo de la Gráfica. Este museo ha sido un proyecto que, a partir de la iniciativa de Hernaldo León, artista local, se ha consolidado como una necesidad para el desarrollo de la escena. Proyecto que ya tiene diez años y que ha sido apoyado finalmente por la municipalidad, la que le ha destinado un lugar en unas dependencias vecinas a la propia Escuela México. De modo que la mención al centro cultural no diluye la existencia de este museo, que en términos de la estampa, es único en el país, con un acervo de seiscientas piezas de artistas nacionales.

El anterior es un dato que el área de artes visuales del CNCA debe tomar en cuenta, porque se trata de un emprendimiento privado que ha conquistado legitimidad institucional y se ha convertido en una entidad que conduce la escena plástica de la ciudad. En el entendido que en esta ciudad no existe enseñanza superior de arte y que esta se realiza más que nada en Concepción. Pero en el terreno del muralismo, entre Chillán y Concepción, es posible recabar una decena de obras que han pasado a constituir una tradición plástica regional bastante definida. Entre estas es posible reconocer los murales de la Estación de Ferrocarriles, el mural de la Pinacoteca, el mural de la Farmacia Maluje, solo en Concepción. Luego, en Chillán, están los murales de Rubio Dalmati en la catedral, de Siqueiros en la escuela México, de Carreño en la Mutual, de León en el hotel Quinchamalí, de María Martner en Chillán Viejo, etc.

Todo lo anterior apunta a señalar que Chillán posee su propia dinámica y que las distinciones poéticas acerca de su imaginario inscrito en la cuenca del Itata, nos obligan a no subordinar la complejidad de su escena cultural a la escena penquista. Las singularidades del territorio y su determinación en la configuración de los imaginarios locales así lo exigen.

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ÁREA CHICA 1

Hace unas semanas, los artistas que sostienen el proyecto “BLOC Tutorías de Arte” publicaron una declaración sobre la crítica de arte, que tiene la virtud de expresar dos cosas: desazón y resignación. En la sección de comentarios del sitio web del proyecto, Sebastián Riffo les devuelve el fragmento de un texto de José Pablo Feinmann, escritor y filósofo argentino, no solo especialista en la historia del peronismo sino un estudioso de las organizaciones políticas de vanguardia. La maldad de Riffo reside en haber remitido un texto que se refiere a la constitución de frentes políticos y a la producción de manifiestos con sus efectos orgánicos. En parte, Riffo responde a BLOC devolviéndolos al origen de su desazón, describiendo la naturaleza de su resignación, acusándolos de manera implícita de no cumplir con los requisitos inscriptivos de los escritores de manifiestos. En suma, los desautoriza como grupo de combate. En el fondo, les dice: ¡hagan política, de una vez por todas! Aunque pienso que siempre han sostenido una política; solo que nos les ha rendido fruto alguno. Continue reading

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SOBRE EL CURADOR COMO PRODUCTOR DE INFRAESTRUCTURA.

!Ah, no! En Santiago, todavía la palabra curador remueve las patéticas ensoñaciones de quienes carecen de poder de designación en el campo artístico. Los artistas que renuevan la carga totémica de sus ancestros saturnales están ufanos por exhibir los montos de su categorización local. Es bueno leer mi texto en “Copiar el Edén” para dimensionar cuánto me he equivocado en las proyecciones allí sostenidas. Quienes en una época pudieron eludir el autoritarismo de los viejos totémicos, descubrieron finalmente las ventajas de la delegación vigilada. Nuevas normas, nuevos sobrinos, nuevos manejos, en proporción directa con el copamiento social de artistas en crisis de crecimiento. Las curatorias por delegación suplen la ausencia de presencia en el mercado de galerías, a la vez que reparan las vicisitudes del mercado compensatorio formado por las instituciones universitarias. Continue reading

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DISLOCACIÓN: LA EXPOSICIÓN COMO PROCEDIMIENTO ANALÍTICO

(Texto del catálogo de la exposición DISLOCACIÓN, Kulturelle Verortung in Zeiten der Globalisierung, Kunstmuseum Bern, Ingrid Wildi Merino, Kathleen Bühler, – Versión en español).

El titulo del proyecto -Dislocación- proviene de una consideración traumática producida por un desplazamiento metodológico en el discurso de la curatoría. En mi trabajo como curador independiente en zonas de institucionalidad artística vulnerable, he podido montar una distinción entre “curatoría de servicio” y “curatoría como producción de infraestructura”. La primera está referida al curador como agente de servicios para las nuevas categorías laborales emergentes de las ciudades globales, mientras que la segunda está directamente ligada a la producción de insumos para el trabajo de historia. Esto quiere decir que una exhibición involucra una empresa de producción historiográfica que la academia no está en medida de realizar. No indagaré en este escrito cuáles han de ser las razones. Solo constato la existencia de una dislocación entre práctica artística e historización de las prácticas. Continue reading

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