LECTURA POLÍTICA DE LA APARICIÓN DEL LIBRO EL ESTRUCTURALISMO LITERARIO FRANCÉS: LOS APUNTES (2)

Pues bien, el libro de Hozven está destinado “a fundar y regir una recepción que está por establecerse”. Y dicha recepción se ha de establecer en la caja de resonancia de un público que está condicionado por el “sentido común literario”. Su recepción entonces no puede sino ser polémica; la “critica mercurial” y la “crítica universitaria” han producido durante estos meses significativos botones de muestra. De todos modos, se trata de la recepción de un “ya conocido” que nos es presentado bajo el hábito de una novedad; novedad destinada a intervenir en el terreno de las criollas ciencias humanas y provocar un corte en el orden del conocimiento; corte que establecería su cabeza de playa en el desplazamiento de la denominación misma del terreno: “ciencias humanas” por Ciencias del Signo, ya que la teoría del conocimiento es, antes que nada, una teoría del signo. El corte epistemológico del discurso estructuralista debiera, entonces, trabajar su correspondencia institucional para poder otorgar en un futuro cercano su propio sello en el pasaporte que abre las fronteras a la circulación intelectual.

Los  “primeros  estructuralistas” (marxistas renovadores) no pudieron crear condiciones de establecimiento de la teoría estructuralista, porque jamás dejaron de ser marxistas; es decir, no querían reconocer que el conocimiento de revela en una estructura significante; sino por el contrario, emulando la Undécima Tesis sobre Feuerbach, se limitaron a denunciar la pertenencia a una etapa de crisis del pensamiento marxista, en que todavía no asumía el carácter de su problemática científica, y se quedaron a la espera de dicho paso. Será imprescindible estudiar  el destino del “marxismo renovado”, que luego del uso que hizo de Althusser y Poulantzas, sustituyó dichos referentes por una lectura historicista de las relaciones infra-superestructura, muy en boga en estos días. A los años de intento de recuperación crítica del estructuralismo, por parte del “marxismo renovado”, suceden los años de la condena implícita de parte de un “marxismo historicista” que critica la “inhumanidad” del estructuralismo. No hay que olvidar que el “marxismo criollo” reivindica todavía una cierta “pre-eminencia crítica” en lo social, que lo lleva a defender en lo literario, las “ya conocidas” tesis de la obra como reflejo de una conciencia colectiva.  (“parece que la principal resistencia al estructuralismo sea hoy de origen marxista y que se centre en torno a la noción de historia (y no de estructura)”. Barthes, Ensayos críticos, página 256).

3.-  Estructura significante: es concebida como una organización que nunca nos es dada de inmediato, puesto que el juego de los signos está siempre desplazado en relación a lo que está dado en la conciencia. La estructura significante, es decir, la específica articulación del  representante y lo representado, es una construcción. (“La estructura es pues en el fondo un simulacro del objeto, pero un simulacro dirigido, interesado, puesto que el objeto imitado hace aparecer algo que permanecía invisible, o, si se prefiere así, ininteligible en el objeto natural”. Barthes, Ensayos Críticos, página 257).  Esta estructura significante es “inconsciente” y no puede ser captada en el nivel manifiesto de los fenómenos. Todorov ilustra esta disyunción con el ejemplo del bosque y del mar. Desde una postura fenomenológica, el bosque y el mar constituyen una estructura elemental.  Para un estructuralista, el mar y el bosque “manifestarían una estructura abstracta que se articula en otra parte, por ejemplo, en el paradigma diferencial entre lo estático y lo dinámico”. (Lévi-Strauss: “El principio fundamental es que la noción de estructura social no se refiere a la realidad empírica, sino a los modelos que según ella se construyen” (Ant.Est.).

4.- Presentación del libro de Hozven: doblemente pertinente.

a)     Los enunciados del libro sitúan el discurso estructuralista en un ámbito epistemológico, definiéndolo como discurso científico;

b)     Los procesos de enunciación del libro realizan las operaciones teóricas y metodológicas que fundan toda actividad estructural.

“Vayamos “paso  a paso”. Insistiremos primero en la noción de ciencia, es decir, en el carácter discursivo de toda actividad científica, y propondremos, finalmente, el carácter textual de toda escritura. Una digresión “mítica” mediará el pasaje de la noción  de discurso científico a la teoría del texto”.

Para la noción de ciencia: ver Althusser, acerca de la práctica teórica. “Por práctica en general entenderemos todo proceso de transformación de una materia prima dada determinada en un producto determinado, transformación efectuada por un trabajo humano determinado, utilizando medios (de “producción”) determinados”. (RTM, p.136).

“Practicar una ciencia es, ante todo, conquistar y construir el objetode esa ciencia.  Es producir un objeto irreductible. Irreductible ¿a qué? ¿A lo real, a “la realidad”? (…) El objeto científico es el concepto que una ciencia ha construido. No es el objeto real…” (Karsz, 105).

La presentación de Hozven denota el carácter científico de la actividad estructuralista, así como el carácter discursivo de la actividad científica. (Althusser está en el sustrato de estas afirmaciones).

“El discurso científico es una práctica teórica que define un objeto de conocimiento a partir de una determinada teoría y por mediación de un método construido, el cual constituye a ese objeto en una particular elaboración” (Canovas).

“El discurso científico se define por un objeto específico (objeto-de-conocimiento), por una relación específica con ese objeto (operaciones teórico-conceptuales) y por un producto (efecto-de-conocimiento)”. (Karsz, 104).

9.-  Para Hozven, la actividad estructuralista es científica, ya que cumple con las  dos disposiciones metodológicas que caracterizan a todo discurso semiológico: a) el recorte de unidades mínimas; b) el ensamblaje de unidades y códigos en una síntesis significativa que revele los múltiples sentidos materializados en el seno del objeto: “Para nosotros, el recorte y el ensamblaje constituirían los rasgos distintivos del discurso científico, serían las marcas formales que lo diferencian de otros   tipos de discurso; por ejemplo, del discurso estético y del discurso ensayístico. A nivel epistemológico el estructuralismo permutaría una tipología de conocimientos varios, fundada empíricamente, por una tipología del discurso fundada semióticamente”.

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