La Gaceta del Consejo Nacional de Cultura inicia una fronda

No soy funcionario del Consejo Nacional de Cultura. Más bien, abordo de manera crítica su gestión. Sin embargo, colaboro desde la disidencia con una discusión que interesa a todos. Por esa razón formo parte del Consejo Metropolitano de Cultura en representación de la Asociación de Pintores y Escultores. Me sorprende entonces, que en el seno del propio consejo nacional, sus propios funcionarios saboteen las tareas que éste se ha señalado. Es como que con los amigos que tiene, no necesitara enemigos. Y aparece la paradoja de que quienes están fuera de su estructura, en la autonomía de sus iniciativas particulares, terminan colaborando de modo más eficaz en la implementación de sus políticas.

 


Esto se aprecia en la última gaceta del Consejo nacional que recibo por correo electrónico. Se señala una noticia cuyo título ya indica su desestimiento: “Una bienal en el escenario santiaguino”. ¡Una bienal! Así, como una cosa genérica, que se le ocurrió a Mellado o al Centro Cultural Palacio La Moneda. Porque ante la pregunta que ordenaría el debate en el coloquio en que se abordaba la pregunta, “¿Una bienal para Santiago?”, el redactor de la nota expone la situación como si Mellado fuera el tontito que busca que haya una bienal en Santiago para que la ciudad suba de categoría, mientras el resto de los participantes habrían expuesto su cautela. En el marco de la nota, todo está armado para que los demás participantes aislaran a Mellado en su deseo.


 


Lo que la gaceta omite es el hecho de que la cuestión de la bienal para Santiago no es una invención de Mellado, sino que corresponde a una de las 52 medidas propuestas por el saliente Ministro Weinstein en el documento elaborado durante su gestión. Es más: aparece en la planificación estratégica del propio Consejo Metropolitano de Cultura. Para rematar: está escrito en el programa de gobierno de la Presidenta Bachelet. De ahí que sugiero al comité editorial de la Gaceta tener mayor cuidado en el tratamiento de las informaciones. A menos que debamos pensar que ya desde la propia Gaceta se está organizando una fronda contra planes que ya están oficialmente sancionados. Desde esta misma Gaceta se habría iniciado el bombardeo argumental para “bajar” la iniciativa. Se supone que una Gaceta de estas características expone el punto de vista editorial del Consejo Nacional. Lo cual, por cierto, no debe impedir la crítica a esta iniciativa. El propio Consejo Nacional puede promover una discusión sobre la inconveniencia de tener una bienal. Pero la decisión ya está tomada: habrá bienal. Discutir sobre su inconveniencia ya forma parte de su existencia inicial.


 


Justamente, la Gaceta en su relato omite con absolutamente “mala leche” las palabras finales de Lisette Lagnado, curadora dela Bienal de Sao Paulo, cuando sostuvo que con este coloquio la bienal de Santiago ya había iniciado sus trabajos, porque una bienal no es una exposición, sino un proceso complejo de intensificación de la escena artística en sus relaciones con la construcción de ciudadanía. 


 


Y es ese el sentido del discurso de Horacio Torrent, cuando advierte como exigencia para la bienal por venir, su producción como dispositivo de elevación de la calidad de vida de la población. Para eso se hace una bienal. Para intervenir en ese proceso. De tal modo, la cautela era más bien la exigencia que se debe plantear a una bienal, en un contexto marcado por la existencia de muchísimas bienales.


 


En tal caso, la pregunta inicial de Lisette Lagnado, “¿para que hacer una bienal más?”, apunta a formular la exigencia de que una nueva bienal debe plantearse nuevos objetivos, respeto de lo cual, su programa para esta versión de la Bienal de Sao Paulo resultaba un modelo operable de discusión y conducción curatorial. Entonces, ¿a que obedece la “mala leche” del relato de la Gaceta? Esta es una pregunta que formulo a su consejo editorial. ¿Por qué redactó esa nota de modo tan parcial? Discutamos. El registro audiovisual del coloquio estará listo en una semana. Podrá ser consultado. De todos modos, la parcialidad de la Gaceta parece desautorizar las decisiones formales que el propio Consejo Nacional ha tomado. Con funcionarios como estos, que son productores y gestores de fronda, difícilmente se podrá asegurar el cumplimiento de los programas que les cabe implementar. 

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